Sociedad Italiana Castelli
En nuestra ciudad fue la primera institución en constituirse.
Sus fundadores fueron los Sres. Riva y Mescchini, junto a un grupo de inmigrantes.
En sus inicios brindó servicio de sepelio para socios, teniendo panteón propio en el cementerio local.
Actualmente desarrollan las siguientes actividades:
- Curso de italiano
- Zumba
- Almuerzos tradicionales
Esto, sumado al aporte de sus mas de 120 socios, les permite avanzar en las mejoras de sus instalaciones.
Lentini,
Procopio y Aversa fueron las primeras familias italianas en instalarse en
nuestro pueblo. Todas ellas inmigraron a nuestro país una vez terminada la
Primera Guerra Mundial en 1918, llegando a Castelli en 1920. Por intermedio de
ellos, otros grupos de italianos también fueron convencidos de comenzar una
nueva vida en estas tierras, como fue el caso de la familia Gualtieri.
Todos vinieron del mismo pueblo: Dagoli.
Esta llegada de inmigrantes a nuestro país se vio incrementada en la década del 50, poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial.
El dialecto calabres predominaba entre ellos dado que en su mayoría provenían de la región de Calabria. Cabe destacar que las variedades lingüísticas de Calabria son bastante distintas del italiano propiamente dicho, y están muy influidas por el griego y el árabe.
La infancia de sus descendientes estuvo caracterizada por la
importancia del estudio, el trabajo en equipo y la unión de la familia. Trabajaron
la tierra y el uso de pasturas en la cría de cerdos.
Y dado por su cercanía, los servicios de enseñanza eran brindados en la Escuela Primaria N°5 de Centro Guerrero.
Las visitas a la ciudad no eran del todo frecuentes. Solo se viajaba los domingos para presenciar los oficios religiosos (dado la gran devoción católica inculcada por el propio puedo italiano), y para determinados eventos de importancia como podría ser el aniversario del partido, el día de Santa Rosa de Lima o los encuentros en el cementerio por el día de los muertos.
En la familia italiana – argentina la pasta es una tradición. Es por ello que la sociedad italiana (conformada por verdaderos italianos y descendientes) una vez al año invita a la comunidad a participar de sus tallarineadas, donde además se comparten anécdotas, y música distintiva de aquel país.
Relato de José Gualtieri, hijo de Italianos.