Capilla Santa Ana
Historia
El 26 de Julio de 1997 el obispo diocesano de Chascomús,
Monseñor Juan Carlos Maccarone colocó y bendijo una parte del antiguo
comulgatorio del templo parroquial como piedra fundamental de la capilla
dedicada a Santa Ana, en el barrio Mejía. Para ello se utilizó la misma palita
de plata con la que en 1899 Bernardo de Irigoyen (gobernador de la provincia de
Buenos Aires) y la Sra. Rosalía de Taillade colocaron la piedra fundamental de
la Parroquia Santa Rosa de Lima.
Los terrenos para su construcción fueron donados por Don
Antonio Mejía y familia en memoria de Doña Olga Esther Beretti de Mejía.
La capilla fue donada por iniciativa de la Sra. Rosa María
Giorgi de Tanús, muy devota de Santa Ana.
El Sr. Intendente municipal Ricardo González Oronó, el cura párroco
Don Gustavo Riveiro y el pueblo de Dios presente, también dieron testimonio del
acto celebratorio en preparación del año santo y jubileo del 2000.
Más de 3 años duró la tarea de construcción, y el 30 de
diciembre del 2000 el Monseñor Carlos
Malfa, Obispo de la diócesis, presidió la ceremonia de bendición y dedicación a
los santos Joaquín y Ana.
La capilla ha sido elegida para albergar el nacimiento de
varias familias de nuestra comunidad que encontraron en ella la cercanía al
hogar.
Se destaca por la calidez y luminosidad de su interior, además
de la belleza de su altar que, con la cúpula transparente, permite que los
rayos de luz iluminen las imágenes talladas de Ana, Joaquín, y María en su
dulce espera.
También numerosos turistas, al pasar, dedican con fe sus
oraciones haciendo un alto en el camino.
Santa Ana era esposa de San Joaquín. Madre de la Virgen María,
quien fuera engendrada inmaculadamente en ella. Es también la suegra de San José
y la abuela de Jesús, único redentor del mundo.